Como ya se ha comentado anteriormente, la circuncisión es mucho más que cortar un pedacito de piel y en el artículo de esta semana les presentamos las 6 razones para evitar la circuncisión de los pequeños desde el nacimiento: estética, salud, placer sexual, trivialización, religión y ética. Sin embargo, la mayoría de las personas no judías que circuncidan a sus hijos lo hacen por ignorancia, por lo cual iremos desglosando cada una de estas razones a partir del por qué lo hacen, para después concluir en el por qué no hacerlo.
1. Por Estética
Todas las personas tienen el derecho de hacer su propio juicio sobre la apariencia del cuerpo humano. No existe un tipo de cuerpo que sea intrínsecamente más bello que otro, a pesar de los cánones de belleza que se nos han impuesto con el paso de los años; y aunque en nuestra sociedad existe cierta preferencia hacia los cuerpos jóvenes, delgados, musculosos y de aspecto saludable, también hay otras personas que prefieren la belleza de los cuerpos de mayor edad, más robustos o gordos. Por lo que aquella persona que considere que un pene circuncidado es más o menos atractivo que un pene intacto, solamente está expresando su muy subjetivo punto de vista y que carece de validez universal. Para expresar mi muy particular punto de vista, algunas veces encuentro que un pene circuncidado en estado de erección demuestra belleza fálica y virilidad, que a su vez es realzada por la falta de cobertura del glande; lamentablemente un pene circuncidado siempre va acompañado de una cicatriz que rompe con esa perfección, sin importar que se encuentre en estado flácido o erecto. Partiendo de esto y estéticamente hablando, prefiero generalmente los penes intactos: ante mis ojos el prepucio no es necesariamente bello si es demasiado largo, demasiado grueso, demasiado arrugado, demasiado suelto o apretado.
Cualquier modificación corporal puede ser visto ya sea como una mejora o una mutilación, y de nueva cuenta, no existen reglas al respecto: algunos tatuajes se ven bien y otros no, algunos piercings se ven bien y otros no; una perforación en el pene o en el pezón puede generar atracción erótica hacia la parte del cuerpo en cuestión; un tatuaje puede ser agradable a la vista e incrementar el placer que genera solamente verlo. Y así como estos casos pueden realizarse para atraer o alejar, también existen lunares o manchas en la piel que pueden ser atractivas o repulsivas; gustos en joyerías o ciertas combinaciones de ropa pueden provocar reacciones diferentes en cada tipo de persona; por tal motivo, se puede asegurar que es refutable aceptar que la circuncisión «le queda bien» a una persona o a otra. En sí misma, la circuncisión no es bella ni horrible.
He escuchado algunos casos en los que intentan justificar la circuncisión bajo el supuesto de «si el padre está circuncidado, entonces también deberá estarlo el hijo» porque cada hijo deberá parecerse a su padre. Hasta este punto yo respeto la memoria de mi padre, aunque hubiera preferido no heredar su calvicie y supongo que tampoco la vida sexual que tuvo sea la adecuada para mi estilo de vida. Y si mi padre hubiera nacido sin una mano, ¿habría sido esa la justificación para que se me amputaran una mano para parecerme más a él? Los hijos quieren parecerse a sus padres pero solamente en algunos aspectos, como su forma de pensar o sus valores pero no necesariamente tendríamos que ser idénticos físicamente.
2. Por higiene y salud
Existen diversas partes del cuerpo que generan secreciones y que juegan un rol tanto en la ingesta, como en la excreción, por lo que se recomienda limpiarlos regularmente: la boca, el ano, los oídos, la nariz, debajo de las uñas, etc. El pene también cae en esta categoría y es al único órgano al que se sugiere una amputación con «fines higiénicos». No cabe duda de que un procedimiento quirúrgico podría ser la solución para remediar la generación de cerilla en los oídos, lo cual implicaría amputar las orejas e insertar un tubo de plástico en el conducto auditivo, pero en realidad nadie lo solicita seriamente; incluso hubo un tiempo durante el siglo XX en el que se sugería extraer todos los dientes y usar dentadura postiza para prevenir el malestar dental (lo cual a largo plazo resulta más complicado limpiar diariamente las prótesis dentales que los dientes reales), pero a raíz de mejores prácticas en el cuidado dental y un cepillado más eficiente, esta costumbre se fue quedando obsoleta. No existe alguna justificación para el argumento de que alguna parte del cuerpo deba ser mutilada por razones de higiene, cuando esa parte del cuerpo podría mantenerse limpia sin necesidad de removerla.
Los defensores de la circuncisión también argumentan que las mujeres que tienen relaciones sexuales sin condón con hombres intactos son más propensas de sufrir cáncer cérvicouterino, o de ser contagiadas de VIH. Suponiendo que esto fuera real (lo cual dudo si sus estadísticas son reales, y si lo fueran, me gustaría saber en qué grado incrementan el riesgo), existen 3 soluciones al problema y que no se relacionan con una operación quirúrgica: (1) que esas mujeres usen condón, (2) que eviten el sexo con hombres intactos (sin embargo, cualquier persona es libre de decidir con quién tienen sexo y son libres de decidir los criterios en los que basan esa decisión) o (3) que eviten tener sexo. En contra de este argumento, entonces deberíamos de llevar a la balanza: el número de muertes que resultan de la operación o las complicaciones que resultan de la misma (que conllevan a la completa amputación del pene o del glande), contra las muertes que provoca el sexo con hombres circuncidados. Sin embargo no se tienen las estadísticas para demostrarlo.
[blockquote author=»Dr. Edward Hughes (2011)»]No existe alguna justificación para el argumento de que alguna parte del cuerpo deba ser mutilada por razones de higiene, cuando esa parte del cuerpo podría mantenerse limpia sin necesidad de removerla.[/blockquote]
3. Placer sexual
Estos ejemplos son evidencia para justificar que todo hombre tiene derecho de hacerse la circuncisión si así lo desea, sin embargo tampoco significa que todos los hombres deban ser circuncidados si no lo desean. Personas diferentes encuentran placer sexual en cosas diferentes. Así como yo tengo el derecho de hacer lo que sea que me de placer, no me da el derecho de imponer la manera como mis hijos deban sentirlo.
4. Trivialización
La gente que argumenta a favor de la circuncisión tiene la tendencia a minimizar la seriedad de la operación bajo el argumento de que «es solo piel» (ya he escuchado esto de muchas personas) o haciendo contrastes sobre el grado de mutilación genital comparado con la mutilación femenina, lo cual aseguran que se encuentra en categorías completamente diferentes por considerarlas más drásticas. Ambas perspectivas merecen ser analizadas con detenimiento. Para empezar, si suponemos que el prepucio es solo piel, ¿esto fundamentaría el acto de cortarlo e incluso considerarlo un acto de benevolencia? La piel es considerada uno de los órganos del cuerpo y se compone de una red de estructuras que contienen nervios, venas, glándulas, etc. No me gustaría considerar la eliminación de un trozo de mi piel por medios quirúrgicos, ni siquiera de la parte más superficial, pues sería doloroso y definitivamente dejaría una cicatriz permanente. Asumir que el prepucio «es solo piel» es una forma de negar que la piel es algo sensible e importante, y que entre todo el conjunto de piel que cubre el cuerpo, el prepucio se encuentra entre la más sensible.
Por otro lado, ¿es comparable la mutilación genital femenina (también conocida como circuncisión femenina) con la circuncisión masculina? Claro que sí. Ambas son formas de mutilación genital. Existen muchas formas de mutilación genital femenina, entre las que destacan cortar el clítoris, remover los labios mayores o hasta suturar la vagina. Todas son formas barbáricas de violencia y a final de cuentas, si nos apegáramos a su forma de pensar, cortar los labios mayores también sería como cortar solamente piel. Este tipo de mutilación así como la circuncisión masculina, constituyen formas de atacar la integridad física de una persona: se está realizando una alteración a una de las partes más íntimas de esa persona provocando posibles traumas físicos y psicológicos.
[blockquote author=»Dr. Edward Hughes (2011)»]Asumir que el prepucio «es solo piel» es una forma de negar que la piel es algo sensible e importante, y que entre todo el conjunto de piel que cubre el cuerpo, el prepucio se encuentra entre la más sensible.[/blockquote]
5. Religión y simbolismo
Los Judíos son circuncidados como prueba del pacto entre Dios y Abraham: Abraham accedió a servir solamente a Dios, y por su parte Dios le prometió a Abraham muchos descendientes para poblar la tierra y ser considerados su pueblo preferido. Durante el peregrinar de los Israelitas y poco después de la conquista de la Tierra de Canaán, la práctica de la circuncisión se fue descuidando y esto provocó que toda una generación de guerreros murieran en una batalla. Según el Antiguo Testamento antes de atacar Jericó, los israelitas sobrevivientes se circuncidaron y la Biblia atribuye a esto la serie de victorias que tuvieron posteriormente por honrar el pacto que tenían con Dios. Sin embargo, la historia del pueblo de Israel se basa en un constante conflicto entre la tendencia hacia una religión monoteísta reforzada por el pacto con Dios y un fuerte deseo para volver a creer en las antiguas creencias paganas que incluía la adoración a los dioses de la fertilidad, la cual solía involucrar sacrificios de niños. Ante esto, una interpretación de la circuncisión podría ser como un remplazo simbólico del sacrificio de infantes, ya que ciertamente, remover una parte del cuerpo es un sacrificio, de manera simbólica o no. Posteriormente, la teología cristiana medieval afirmó que la circuncisión fue la forma como Jesús presagió su crucifixión, dado que fue la primera vez que derramó su sangre por la humanidad.
Sin embargo después de casi 2000 años, la mayoría de los mandamientos de la Biblia han sido reinterpretados hacia niveles más espirituales y se ha dejado de lado la interpretación literal de los mismos. Por ejemplo, los mandamientos sobre los sacrificios de animales para agradar a Dios en los templos se han dejado de lado y ahora basta con que un creyente se dedique a orar y predicar con el ejemplo. Los primeros cristianos (quienes originalmente fueron judíos) consideraron que todas las leyes de la Biblia tendrían que interpretarse de manera simbólica, incluyendo aquellas prohibiciones sobre la alimentación y la circuncisión. En Carta a los Gálatas 5,6 San Pablo predica: «En efecto, en Jesucristo, ya no cuenta la circuncisión ni la incircuncisión, sino la fe que obra por medio del amor«. Sin embargo, los judíos modernos continúan apegándose hasta cierto grado a las leyes sobre la alimentación Kösher -algunos más que otros-, pero cuando se trata de la circuncisión, la mayoría se niega a dejar esa tradición, ni siquiera los judíos más liberales. ¿Por qué ese apego a tradiciones tan ancestrales?
6. Por ética
Existe un amplio consenso referente a que los adultos tienen el derecho de elegir lo que les conviene individualmente, sin importar si profesan alguna o ninguna religión. La mayoría de nosotros deberíamos de coincidir en que nadie debería ser obligado a realizar cualquier cosa que atente en contra de su bienestar, y que si creemos en la libertad entonces también creemos en el concepto del consentimiento, es decir, que yo no puedo pedirte que hagas algo que yo quiera a menos de que entiendas de la mejor manera posible lo que quiero que hagas y todas las implicaciones que se derivarían del acto, a menos de que tú me des el consentimiento para hacerlo. Este ejemplo podría diferenciar lo que es una violación y un abuso sexual.
El debate ético con respecto a la circuncisión deriva de que se practica en bebés que carecen de la capacidad para dar su consentimiento o en niños pequeños cuyo consentimiento no estaría del todo fundamentado. La circuncisión es irreversible. Nadie aceptaría la realización de un procedimiento quirúrgico en un menor cuyos resultados consisten en modificaciones corporales permanentes que a su vez, podrían desencadenar un trauma psicológico. Existe otra alternativa quirúrgica que no es la circuncisión: la prepucioplastia.
Por supuesto que no hay ningún problema si un adulto decide lo que quiere hacer con su propio cuerpo: ya sea la circuncisión, una perforación, un tatuaje o hasta una amputación, si así lo desea. Esto aplica para todos: si una mujer adulta decide practicarse una clitoridectomía o una infibulación, ella está en toda la libertad de hacerlo (aunque si ella fuera mi amiga, me sentiría terrible por ella). El argumento de «Esto me gusta para mí, por lo que tendrá que ser lo mejor para todos» carece de validez y puede ser revocado fácilmente. Yo podría creer fervientemente que mi hijo será una mejor persona, más feliz o más bello por realizarle la circuncisión, sin embargo eso no me da el derecho de imponerle esa creencia antes de que tenga la capacidad de informarse, analizar las cosas y que él tenga la capacidad de elegir si verdaderamente eso lo hará más bello y más feliz, porque una vez que lo haga, no habrá vuelta atrás. La circuncisión en menores es una práctica injustificable, inmoral e incivilizada.
—Basado en el artículo publicado por el Dr. Edward Hughes (2011), Why circumcising boys is wrong?
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